En las manos de Dios.

En las manos de Dios.

Siempre todo lo dejamos en las manos de Dios, si, en las manos de él que es más sencillo y no tan difícil como en las nuestras. 

Ni que Dios fuera a solucionar todas las tonterías que el ser humano tiene para contentarle. Ni que Dios siempre tenga que estar ahí, cuando nosotros mismos ni estamos porque nos quitamos. Ni que Dios sea el culpable de todo lo que nos pasa o que tenga el pobre que estar siempre metido en todas las conversaciones como un chismoso por nuestra culpa. 

Hay cosas que no se deben de dejar en las manos de Dios, ¿y saben el porqué? Pues porque la tenemos en las nuestras, y si nada hacemos se irán para siempre.