Querida muerte.


Hoy me siento tan bien, que a la muerte le quiero hablar: No te tengo ningún miedo querida y temerosa muerte, pues bien ya tu sabes, que desde que nacemos vamos cogido de tu guadaña.

 Nacer es empezar a morir lentamente o despacio, lo mismo es. Pero nunca al revés, por eso como lo sé y miedo no te tengo, solo decirte, que te daré mucho por culo en esta vida que es tu hermana, con la diferencia que no la llamamos muerte cuando es más muerte que tú, querida muerte.

A un amigo, que seguro saldrá de ti, querida muerte.

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