El Tonto del Rebujito.


Y dijo el bohemio: No lean esto los amantes del Rebujito.

El Tonto del Rebujito.

El Tonto del Rebujito no bebe esta bebida inventada para robarnos la cartera porque le guste, lo bebe por la cantidad. Una cantidad, que si se han fijado es más de hielo que otra cosa, y encima se la meten doblada al pagar la cochambrosa jarrita de hielo y no de vino con Seven Up. Pero claro, queda bien estar pasando el tiempo en una caseta con un ridículo Rebujito en la mano.

El Tonto del Rebujito lo coge como si fuese los pechos a su mujer, hasta diría yo que mejor lo acaricia. El rebujito para estos son la excusa perfecta para gañotear a cualquier amistad o conocido que entran en una caseta, pues le echa un vaso de hielo qué es lo que tiene nada más el puto rebujito y el otro se ve en el compromiso de invitar algún aperitivo, ahí es cuando el tonto empieza a sacar provecho al cochambroso rebujito de hielo.

El Tonto de Rebujito coge una cogorza con este del carajo, no por el alcohol que apenas lleva, sino por la cantidad de líquido que se mete en su cuerpo. Este líquido y sin comer apenas nada es lo que embota al tonto y lo hace marearse más que si diera 500 vueltas en la noria, por eso le gusta, porque al fin y al cabo es de lo que se trata para el tonto, marearse tela para ese día creerse alguien que en su casa no puede ser.

El Tonto de Rebujito siempre, y si se fijan bien, cada vez que echa agua que sale del hielo del rebujito en el vaso de algún familiar, conocido o imbécil que cae en la trampa de aceptar la invitación del tonto brinda. Brinda porque con una jarra se puede llevar casi 3 horas o incluso más echándole agua del grifo (al final el rebujito es eso, agua de cubitos de hielo). Brinda porque en ese tiempo seguro, segurón, que le ha sacado a algún despistado algún aperitivo o un vino en condiciones. Brinda porque aunque lo crujan con la jarrita le dura tela. Brinda porque cuando le queda solo un hielo del rebujito pide más y se lo dan, si no compra una bolsa y otras 3 horas o incluso más se lleva en la puta caseta. Brinda por su mujer, la que en su casa duerme separada del tonto pero que con tanto líquido empieza a toquetearle sin ningún pudor por el aguado rebujito que le ha mareado. Brinda, siempre Brinda El Tonto del Ribujito.

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