Curiosísima foto de la Virgen de las Lágrimas de la Hermandad de la Exaltación de 1934 en el besapies del Cristo de la Exaltación, encontrándose sedente la Virgen y portando entre sus manos una corona de espinas como si estuviese observando a su Hijo, aquel que vive en San Lorenzo y se representa en el magnífico Crucificado de la Exaltación.
Si se han fijado, la Virgen está en un altar, el que tiene un dosel con la bambalina frontal y techo de palio que bordó el gran Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1903. Una foto, que no tiene desperdicio alguno.
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