Se acercan unas fechas en la que más de un imbécil come por comer, por eso es imbécil.
No hay nada más tonto en la vida que comer por comer, y todo porque es lo que se hace o nos imponen anuncios horteros en estas fiestas.
Solo advertiros queridos enemigos, más que amigos, que tengan cuidado con tener una mala indigestión. No serían el primero ni el último en irse para el otro barrio. Pues hasta el duque de Vendome murió de una indigestión de langostino, y eso que no llevaban pepinos.
Duque de Vendome.
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