Cuando el Cardenal Rampolla ( sin premio ) fue secretario de León XIII, lo visitó un joven de la nobleza francesa que quería confesarse exclusivamente con él.
La confesión tardó muchísimo por los pecados como es normal, y no para alarmarse como algunos por la poca edad del joven. Le pregunto el Cardenal, que le había llevado al Tribunal de la penitencia, y el joven le dijo que se iba a casar dentro de unos días, respondiéndole el Cardenal, que no le iba a imponer ninguna penitencia por tener bastante con el matrimonio.
Esta curiosa historia no quiere decir que el matrimonio sea malo ni bueno. Pero si, que es difícil de llevar si uno de los dos no pone absolutamente nada o no aguanta un carajo, lo que convierte al matrimonio en un infierno y una mortal penitencia, sobre todo para la salud. Ya saben jovenzuelos, aguanten no mucho pero algo, porque si no estaréis haciendo una mortal penitencia.
Cardenal Rampolla. Foto Wikipedia.
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