Y hablando del café, tenemos que reconocer que nada seríamos algunos sin un buen cafelito por la mañana al igual que por la tarde, es como nuestra mejor medicina para ponernos a cien y empezar el día para enfrentarnos a más de un hijo de puta.
Fue el empresario de Milán, Luigi Bezzera, quien en 1901, se puso a trabajar e investigar para mejorar los métodos de las máquinas que se utilizaban para preparar el rico café. Aunque también hay que decirlo, que había cafeteras que hacían el café de otras formas. Pero Bezzera lo que quería era hacer el café lo más rápido posible, y todo para que sus empleados no perdieran tiempo preparándose uno. Si hoy levantara la cabeza y viera todos los niñatos como niñatas de nuestros ayuntamientos con un café como se tiran hasta dos horas se volvería solito a la tumba.
El triunfo de nuestro personaje fue el que hizo un diseño que mantenía el agua caliente en un tanque constantemente, y cuando se hacía el café tardaba mucho menos. Poniéndole Bezzera el nombre a su cafetera de <<Macchina per il Caffé Espresso>>, una cafetera que daba en una hora cerca de 200 cafés y no estaban dicen nada malo, por lo que la empresa La Pavoni compró la patente de Bezzara y puso en el mercado, sobre todo para sitios grandes donde servían muchísimos cafés. Toda una maravilla esta cafetera para hacer buena caja, quitando a los muy gorrones de nuestros ayuntamientos que se llevan con un café dos horas.
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