A Pepe Hidalgo. Siempre estarás en la Madrugá.


A Pepe Hidalgo. Siempre estarás en la Madrugá.


Siempre estarás en la Madrugá mas hermosa del año  tras tu Señor de la Sentencia, Pepe Hidalgo. Y digo con mi atrevimiento siempre,  porque no habrá un Tambor tan puro que suene como el tuyo en mucho tiempo, un Tambor que tu familia ha donado entre lágrimas de Esperanza y sentimientos puros macarenos de tu hija Macarena. De la que solo me sigo haciendo la misma pregunta, casi sin fuerza estaba con tu tambor en las manos Pepe, como si no estuviera porque el dolor la poseía pero ni aún así ha dejado de cumplir tú promesa Maestro ¿de donde saca esta hija tuya tanta fuerza para seguir en este mundo lleno de víboras? Lo más seguro que de su amor a su familia y a sus Benditos Titulares de tu Cofradía, de la que bien supiste enseñarle lo principal, el amor hacia Ellos.

Siempre estarás en la Madrugá, a pesar del adiós  forzado de la Banda, tu Banda y no la de un montón de Judas que manejan a hermanos como marionetas a su convenio. Pero así es la vida Pepe, a estas alturas yo no te puedo decir nada ya que tu no sepas, solo una cosa, que la esencia es muy difícil de conseguir,  y sin ti, te puedo asegurar Maestro que se va a notar muchísimo, pero muchísimo.

Siempre estarás en la Madrugá, como en la memoria del pueblo y en tu barrio, del que tú redoble será la Banda Sonora Eterna de Él por más que pasen los años. Y si te he dicho antes en la memoria del pueblo es porque solo los grandes de corazón entran a formar parte de esa gente noble, humilde sin tonterías, no los que llevan maldad ni tanta prepotencia por bandera como otros que mejor callarse, porque ni siquiera se merecen el más mínimo respeto, y mucho menos nombrarlo o compararlo ante tu Grandeza, la Humildad.

Siempre estarás en la Madrugá. Si, te lo vuelvo a repetir, en esa mágica y cautivadora noche que solo los Macarenos de Verdad sienten junto a su Señor de la Sentencia y su Virgen Macarena. La Madre de Dios y también del Pueblo, del Mundo, de los limpios de corazón, de los humildes, de los que luchan por llegar a fin de mes entre tantas ratas que luego rezan en alto ante cualquier imagen para resaltar su falso cristianismo, y de aquellos que en la distancia la sienten incluso más que muchos hipócritas con medalla al cuello y mirando a cualquier hermano con desprecio por encima del hombro. Pepe, tú eres el alma no solo de la centuria Macarena,  sino de la Hermandad al completo.

Siempre estará en la Madrugá querido Maestro. Y antes de terminar decirte dos cositas nada más si usted me lo permite: Pues le han puesto  el nombre tuyo a la Escuela Musical de la Macarena, la que ya se llama Escuela Musical Pepe Hidalgo, algo más que merecido cuando otros hasta en vida tienen una calle, lo que no se a que espera Sevilla para ponértela ya hijo mío, no lo sé. Pero creo y desde aquí con el máximo respeto pido esa Calle para ti, Calle Pepe Hidalgo, "El Tambor de Sevilla". Hasta siempre Maestro.

1 comentario:

  1. que bonito lo qye has escrito de Pepe Hidalgo. Desde luego con toda la razon.

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