Estuvo el Colegio de las Niñas Nobles del Espíritu Santo de Sevilla desde sus orígenes vinculado estrechamente al Convento del Espíritu Santo, Monasterio perteneciente a la Orden del mismo nombre fundado en la ciudad hispalense desde el año 1538 al 1540. Siendo el proyecto y mantenimiento del Exmo. Sr. Cardenal D Manuel de Arias y Porres, el que rigió la sede desde 1702 a 1717, propuesto por Felipe V.
Fue D Manuel de Arias y Porres generoso y muy desprendido con los más necesitados, no como otros que sólo lo fueron consigo mismo, por lo que dejó fama de limonero. Repartió sus rentas a hospitales y a pobres de la ciudad para conmemorar las victorias de Felipe V en Italia. Por esto se dijo a su muerte que había desaparecido el tesorero general de todos los necesitados.
Compró Arias y Porres unas casa contiguas al Monasterio y creó un recinto único en su especie y destino. Dándole Estatutos propios y creando el Seminario de Niñas Nobles que se denominó del Espíritu Santo, regido siempre por la comunidad elegida. En el que la colegialas según el Arzobispo habían de ser doce, tener cumplido los siete años y no exceder de diez, como ser de conocida nobleza y pobre, las que estarían en el Colegio hasta los diecisiete años. Colegio que fue inaugurado con bastante ponposidad el 5 de Agosto de 1711. Dejó el Prelado para el colegio todos sus bienes, nombrando como Patrono de la Obra Pía al Arzobispo que por tiempo fuera de esta Archidiócesis.
El Colegio de las Niñas Nobles existió hasta finales del siglo XX, por el que han pasado grandes alumnas como la fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, hoy Beata Nazaria. Un trozo de historia más, que Sevilla guardará por siempre como tantas otras en su rica e indiscutible historia.
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