Procesión.


Lo malo no es que todos los fines de semana tengamos una procesión en la calle. Lo malo es ver a los mismos de siempre con una prepotencia que ni algunos dictadores mostraban ante un público, estos imbéciles son los que van dando ejemplo con la suerte de que nadie se atreva a decirles  que no estan ahí por devoción, simplemente están por aburrimiento y sacar tajada a lo descarado. Pero siempre para su propio bien.

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