Ponerse como el Kiko.


Más de una vez habremos escuchado o incluso hemos dicho; ponerse como el Kilo. Pues bien, todo empezó según cuentan en Aznalcázar (Sevilla) en la celebración del Corpus del año 1940, en la que el Ayuntamiento invito a una gran mariscada(un estilo a la de los golfos sindicalistas) a las gentes más destacadas del pueblo, y entre otros menos importantes que asistieron estaba el archiconocido Quico.

Nuestro protagonista fue como una especie de pregonero (no confundir con los tantos que hoy tenemos en las Cofradías). Siendo el día citado del Corpus cuando se pegó un atracón de escándalo, tanto se lo pegó que estuvo desaparecido unos días hasta que fue encontrado bajo un puente, enfermo de fiebre y llevaron al momento a Sevilla, donde murió Quico. También dicen que el dicho puede venir de unos cuentos populares.

Venga de donde venga el dicho, lo que si es verdad es que hoy hay muchos Quicos, y están en nuestros ayuntamientos, cofradías, reuniones de un bar y en mil sitios más, todos comiendo a reventar y sin pagar un carajo.

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