Foto Wikipedia.
Fue Rafael Molina Sánchez, más conocido como «el Lagartijo» un gran torero cordobés, considerado por muchos como el mejor de su época a finales del siglo XIX.
Es «el Lagartijo» el primer califa de la tauromaquia cordobesa. Este gran personaje en una tertulia coincidió con uno de sus mejores admiradores, Francisco Romero Robledo, ministro durante el reinado de AmadeoI, Alfonso XII y la regencia de María Cristina, y le dijo Robledo: Puedes estar orgulloso, Córdoba tiene dos personajes excepcionales: Tú y Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán.
Por un momento, el torero cordobés se quedó pensativo y le dijo: Gracias don Francisco, pero no me salen las cuentas. A ver Gonzalo Fernández de Córdoba y yo somos dos, pero se deja usted al Gran Capitán. Como ven, ni idea de como se llamaba, pero lo conocía, hoy algunos no tienen ni la más remota idea de quién fue el Gran Capitán.
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