La Iglesia de San Vicente es de estilo gótico-mudéjar, una de las tantas que se levantaron en el interior del recinto amurallado de la ciudad durante el siglo XIV. Esta Iglesia se reformó y amplió entre los siglos XVI y XIX, la que se levantó sobre los restos de un templo paleocristiano y visigodo.
En el exterior la Iglesia casi nada presenta de su estructura original, sólo una portada gótica situada a los pies, formada por unas arquivoltas de Arcos apuntalado.
El interior del templo cuenta con tres naves que aparecen separadas por gruesos pilares sobre los que descansan los Arcos apuntados. Un templo que se cubre con armaduras de madera, del que destaca su retablo mayor de Cristóbal de Guadix de finales del siglo XVII con imágenes de Santos y santas de Joaquín Caro de 1753.
De las distintas ampliaciones a que fue sometido el templo destacamos la de su gran Capilla Sacramental, obra magnífica realizada por el arquitecto Pedro Silva en 1761 tras la destrucción de la anterior por el Terremoto de Lisboa en 1761. En este templo se encuentran las dos conocidas Hermandades de Semana Santa como son, las Siete Palabras y las Penas de San Vicente.
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