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Foto Wikipedia. |
Me comentaba hace poco un amigo, que su hijo estaba haciendo un curso aparte de su carrera en la universidad de religión. Y quien les impartía las clases no sabía bien si era un medio cura o un medio beato, particularmente esto me importaba muy poco. Más bien lo que me preocupaba más era lo peligroso que pueden ser ciertos señores fanáticos de cualquier religión y todo por defender sus intereses, no otra cosa.
Y todo esto viene porque el señor que impartía las clases de religión, decía a sus alumnos que la Iglesia llevaba arrastrando etiquetas durante siglos. Y créanme que se sorprenderán lo mismo que yo cuando me comentaba este amigo que el medio cura o medio beato decía libremente y sin vergüenza alguna, que la Iglesia nunca había prohibido libros algunos. Es increíble que un individuo de esta naturaleza, dé clases ante gente universitaria que seguro están mucho más preparada que él, y sobre todo que no sepa que a la Iglesia que defiende a cal y canto recogía en un índice llamado "Index Librorum prohibitorum", por considerar aquellas publicaciones contrarias a la fe, y que sus lecturas traían como consecuencia la excomunión. ¿De donde ha salido tal borrico? le dije yo , quedando mi amigo en silencio sin explicárselo ni creyéndose que todavía haya tantos lavacerebros.
El listado de libros prohibidos fue creado por la Inquisición en 1559, siendo el Papa Pablo VI, quien los desterró de sus publicaciones. Recogía el "Index Librorum prohibitorum" a conocidos autores como Erasmo de Rótterdam, Balzac y muchos más. A día de hoy, al no tener la Iglesia el poder de antes están más calmados sus altos cargos, los que si pudieran prohibirían hablar a más de a un autor actual... y aunque muchos se crean que hoy la Iglesia ha cambiado para mejor, es mejor no creerse todo lo que nos cuentan muchísimos como éste sin documentación alguna.
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