El Cristo de las Mieles del Cementerio.


Magnífico Cristo que hiciera don Antonio Susillo hacia 1896, el que sólo con 39 años de vida se suicidó de un tiro en la barbilla con una nota en el bolsillo que decía: “Al señor Juez. Me mato yo, mi mujer doña María Luisa Huelin es mi única heredera. Antonio Susillo”.

Dicen que por la postura de los pies del Cristo se mató Susillo, porque se equivocó al poner las piernas de la escultura, dándose cuenta cuando ya no tenía remedio. Siendo en verdad otras las causas de su muerte, en la que Susillo  creía el desprecio de su mujer porque sufría por falta de dinero, sea por lo que sea fue una pena. Y más de la manera en que lo hizo. 

El boceto original de la obra del Cristo estaba casi desnudo, solo cubriéndole  lo imprescindible, al que cuando lo pasó a la terminación le añadió el sudario. Todo un enigma como la propia vida del escultor.


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