Andrés de Ocampo y el Cristo de la Fundación.


Este portentoso Cristo y uno de los más logrados en la imaginería procesional de Andalucía, se bebe a la gubia  de Andrés de Ocampo, réplica de otro que el mismo imaginero tallo en 1620 por encargo de Felipe IV para la catedral de Comayagua en Honduras.

En el interior del Cristo de la Fundación, se encontró una firma que podría ser porque Andrés de Ocampo lo iba a enviar a América, que decía:«Este Cristo se hizo en Sevilla en 1622. Hizolo Andrés de Ocampo, maestro escultor», descubierta en la restauración por Agustín Sánchez Cid cuando lo restauró.Un Crucificado que gracias a Dios Sevilla no perdió y el mundo cofrade en este caso, Crucificado que es de los que mejor representan las facies  cadavéricas en su cuerpo, donde lo explica magistralmente el doctor Juan Delgado Roig en su libro “Los Signos de la Muerte en los Crucificados de Sevilla”. Un libro que por desgracia como tantos otros muchos capillitas ni conocen.



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