De este Papa no me podrá decir ningún anormal por mucho que lo quiera defender, que era humilde. De este papita se puede decir todo menos algo bonito.
Pío XI (6 de Febrero de 1922-10 de Febrero de 1939) se mandó construir un garaje especial para sus dieciséis vehículos de su propiedad, tres de estos deportivos y del que se cuenta, que en más de una ocasión fue retenido por la policía italiana por exceso de velocidad. No se preocupen ustedes que las multas no las pago él, seguro que las pagaría Dios, para compensarle su afición a los coches en vez de a los pobres. Si este es Papa,
yo soy el dueño de la Cruz-Campo.
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