Dedicados a todas las personas que respetan al los perros. El mejor amigo y a veces hasta mejor familiar que muchos.
Fue San Guinefort un galgo proclamado por aclamación popular Santo. La conmovedora historia de este perro viene de mediados del siglo XIII en Francia. Guinefort era un perro como otro cualquiera, juguetón, fiel y al que le gustaba dormir junto a la cuna del más pequeño de la casa. Pero un desgraciado día cuando su amo regresó a la casa se encontró una escena macabra: la cuna de su hijo vacía con restos de sangre y Guinefort junto a ella, ladrando muy nervioso y moviendo el rabo con la boca ensangrentada.
El amo cegado por la ira llegó a la conclusión de que el perro se había comido a su hijo, cuando éste cogió un palo y empezó a darle golpes hasta matarlo. Pero al caer roto de dolor al suelo fue cuando vio a su hijo manchado de sangre bajo la cuna y a salvo, descubriendo junto al niño una serpiente destrozada, dándose cuenta al momento que Guinefort le había salvado la vida a su hijo.
Destrozado el hombre por el dolor de haber matado al perro, lo enterró en un pequeño bosque cercano cubriendo la tumba con piedras, do de todos los días con su hijo lo visitaban, y la noticia empezó a correrse por la zona, lo que hizo que las gente del lugar visitara la tumba convirtiéndolo en un santuario, del cual dicen que hacía milagrosas curaciones a niños. Una bella historia en la que una vez más, el PERRO fiel amigo del hombre demuestra su lealtad.
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