Fue el Gran Café París uno de los grandes establecimientos favoritos de la sociedad burguesa y artística sevillana durante las primeras décadas del siglo XX.
En el Gran Café París se inició la famosísima saga Juliá de empresarios hosteleros en 1915, por Cayetano García Carro, abuelo de los conocidos hermanos Juliá. El Café París tenía en su primera planta un salón de billares, que luego fue reconvertido en salón de té, siendo lugar de reunión de la alta clase media y la burguesía como de toreros, artista y extranjeros famosos, donde casi todos los grupos de médicos, abogados, catedrático, toreros y comediantes tenían su propia mesa de forja con tapa de mármol blanco, sillas y sillones tapizados en rojo, y grandes espejos en la paredes.
El magnífico edificio del Gran Café París fue construido por el afamado arquitecto Aníbal González para el empresario don Manuel Suárez entre 1904-1906, edificio que estaba en la esquina de la plaza de la Campana con la calle O'donnell. Un edificio que como tantos otros más cayó en la desgracia de ser derribado a principios de los sesenta, llevándose en su interior las grandes historias y anécdotas que en él se quedaron para no volver más.
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