El altar del nacimiento de la Catedral de Sevilla es una joya dentro de otra, uno de los mejores me atrevería a decir, por su calidad insuperable del pincel del pintor Luis de Vargas. Este retablo contiene ocho tablas de gran composición, fechada en 1555 y sus pinturas son de la última época del artista, que ya había estado dos veces en Italia donde se impregnó de la gran pintura italiana, siendo la pintura principal del retablo La Adoración de los Pastores, una escena que al verla debemos de tener en cuenta no mirar nuestro reloj, para disfrutar de ella lo máximo posible.
En el banco del retablo se encuentran tres maravillosas pintura que representa La Adoración, La Presentación y la Adoración de los Reyes, y en los laterales los Cuatro Evangelistas, dotada esta capilla en 1551 por Francisco Baena, que tiene losa sepulcral.
Luis de Vargas fue hombre bueno y piadoso, quien dejó a Sevilla lo mejor de sí, como este magnífico altar del Nacimiento, admiración de cualquiera que tenga lo más mínimo de sensibilidad al arte. Toda una auténtica maravilla ante nuestros ojos, que muchas veces sin conocer obras como esta preferimos ir a un ACUARIO.
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