En tu casa de San Ildefonso estás Señor, no esperando hoy, en tu día a tus hijos porque todo el año los tienes a tu vera, aunque algunos ni sepan que existe. Da igual, ya se darán cuenta de que Tú vives en San Ildefonso y que para entregarse a Cristo no hace falta estar en ninguna Hermandad con media docena de bandas.
No te preocupes Señor Cautivo, porque todo en la vida pasa y muy liguero, y más las modas, que cada vez son más y nos invaden sin piedad. Pero lo que sigue como Tú tras los muros de la Sevilla Eterna siempre estará y permanecerá por los siglos aunque mil modas cada año nos invadan. Por eso hoy es un día más, porque todo se va y Tú permaneces no solo hoy, mañana, pasado y por siempre mi Cautivo.
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