En Osuna, ciudad que tuvo un gran número de órdenes religiosas se cuentan milagros de todo tipo. Algunos hasta fueron relatados por grandes escritores de la época, como es el caso del liberal José María Blanco White.
Cuenta el canónigo de la catedral hispalense que en el Convento de la Encarnación de Osuna vivió durante el siglo XIX, una monja que tenía gran fama de milagrera entre sus compañeras y todo el pueblo. La historia de esta monja enigmática sobre su conocimiento del futuro corrió de boca en boca entre los habitantes, por lo que Blanco White quiso conocerla y se la presentó un sacerdote, contándole que en cierta ocasión la hermana se encontraba indispuesta, sin poder beber, comer ni siquiera moverse, (pero que sus facultades mentales estaban en perfecto estado y no como la de muchos políticos actuales), pidiéndole el médico que la visitó que intentara tomar agua, el cual le ofreció un vaso que la monja tomó entre sus débiles manos. Pero al cogerlo, el agua se había convertido en un pedazo de hielo. Así lo explico Blanco White, todo un enigma para Cuarto Milenio.
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