Cuando hablamos de Dios.


La mayoría de las veces por no decir todas, hablamos de Dios cuando no conocemos ni a nuestros propios familiares, lo engradecemos y no nos damos cuenta que los que están a nuestra vera quieren sentir los mismos halagos. Pero claro, será que queda mejor halagar a un Dios que no conocemos que a los que tenemos a nuestro lado. No lo comprendo.

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