El Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor.


Me encantan las historias o leyendas, si,  porque suelen siempre engrandecer al lugar donde se producen y a sus habitantes que las cuentan, la crean muchos o no, forman parte de nuestro pasado y como tal se merecen un respeto.

Cuentan que la pintura antigua del Cristo de la Cárcel, antes de llamarse así, llegó hace muchísimo tiempo con una familia, la de don Tomás de Paz, que venía de América con su ama de llaves. Esta mujer conservó el lienzo guardado en su armario, porque el señor no lo apreciaba. Años después, otra sirvienta robó unos valiosos cubiertos de plata de la familia y acusó al ama de llaves, está al no poder demostrar su inocencia sacó  el cuadro para implorar al Cristo que la ayudase, y al hacerlo, frente al juez que venía a detenerla, el lienzo se iluminó, quedando la verdadera ladrona arrodillada ante él y confesando su culpa.

 Así, el ama de llaves decidió donar la pintura a la Capilla de la Cárcel del pueblo, donde está estuvo a punto de entrar, creciendo la gran devoción por los presos y luego por todo el pueblo al Cristo de la Cárcel, conservándose junto al cancel de su capilla actual una ventana enrejada que antiguamente era por la que los presos rendían culto al Cristo.


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