Pues no es Santo, aunque falto poco para que lo hubiéramos visto en los altares. Y todo empezó por el Arzobispo de Burdeos, Cardenal Donnet, en el año de 1867, quien hizo una petición al Santo Padre a favor de la apertura de expediente para la beatificación de Cristóbal Colón, como ya saben, el descubridor de la tierra donde vive Obama.
Curioso fue el expediente enviado al Santo Padre en el que manifiesta el prelado, que releyendo la historia de Colón, descubrió el celo infatigable e inspirado de aquel señor, que tuvo en la tierra el hermoso papel de nuncio de la salvación.
Al no tener buena acogida por la Iglesia el proceso, el 29 de Junio de 1876, vuelve otra vez el Cardenal Arzobispo de Burdeos a dirigirse a Pío IX para que no quede en el olvido su petición y la gran virtud de Colón, vamos, que puesto así ya podrían subir a los altares a Isabel y Fernando el Católico, como a Hernán Cortés y así una gran lista interminable de grandes personajes. Pero que para nada pegarían en un altar con unas cuantas velitas encendidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario