Fue el primer Marqués de Tarifa, D.Fadrique Enríquez de Ribera quien comenzó a dar devoción al Santo Vía-Crucis en Sevilla, (y no a jugar a los pasitos como hoy lo hacen tela de capillitas ya entrados en edad) después de un viaje que hizo a Jerusalén en 1518. A quien le fueron concedidas licencias para empezar el itinerario haciendo estación al Humilladero de la Cruz del Campo (no confundan con la Fábrica de Cerveza) desde la puerta de su palacio en la collación de San Esteban, con los 1.321 pasos (997,13 metros) que separaba en Jerusalén la residencia de Pilato con el monte calvario.
Se señalaron las Estaciones del Vía-Crucis, altares y cruces, encargándose de esto los franciscanos.
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