Fue en 1767, cuando el rey Carlos III, previa consulta con el Papa (no con su papá), decretó la expulsión de los jesuitas de todos sus reinos. Una decisión que ha sido muy discutida por muchos. Pero que dijeran lo que dijeran los expulsó, por algo era el rey, y todo fue por la gran autoridad que ejercían y que a la vez se excedieron.
Los jesuitas en Sevilla tuvieron varios edificios, los cuales fueron destinados a usos civiles: el de la calle Laraña, a Universidad, San Hermenegildo a asilo de niños, las Becas a Tribunal de la Inquisición y el de Alfonso XII a academias. No olvidando, que de dichos centros jesuíticos salieron grandes eminencias.
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