Magnífica Capilla, en la cual nos encontramos con una bellísima vidriera sobre la reja de Enrique Alemán realizada en 1475, que aparecen San Antonio de Padua, San Bernardino de Siena, San Francisco de Asís y San Luis de Tolosa. Encontrándose otra vidriera en su interior de Arnao de Flandes en 1454, que figura San Francisco recibiendo los estigmas.
El retablo de la Capilla es una gran obra del conocido Bernardo Simón de Pineda, realizado en 1661, en el que se enmarca la magistral pintura de El éxtasis de San Francisco, obra de Francisco de Herrera el Mozo en 1657. Y en el remate de dicho retablo una interesante pintura de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, realizada por Juan de Valdés Leal en 1661.
También podemos ver otro retablo del siglo XVII, que representa a Santa Teresa y un bello Ecce Homo de medio cuerpo en el interior de una vitrina, obra sevillana del siglo XVII. Y colgando de sus muros las bellas pinturas de la Huída a Egipto y la Presentación del Niño en el Templo de escuela italiana, como la gran obra de la Caída de San Pablo, atribuida a Frans Franken II del siglo XVII.
Referente a esta magnífica y soberbia obra de arte de Herrera el Mozo hay que decir, que es una de las pinturas más importantes que se pueden ver en Sevilla y no está en el Museo de Bellas Artes de la capital ni en el conocido Museo del Prado. Esta en la Catedral sevillana, la que atesora obras de incalculable valor al igual que cualquier Museo del mundo. Aquí en esta genial obra lo pueden ver, y si no la conocen todavía, les aconsejo que no tarden en visitarla, les transportará a otro mundo, un mundo que hoy ya no existe en la pintura .
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