El suplicio de Diego Duro.


Celebró el Tribunal de la Inquisición el 28 de Octubre de 1703 un auto de fe en Iglesia de Santa Ana de Triana, el que fue representado en fresco en los muros de la maravillosa Iglesia de la Magdalena por el pintor Lucas Valdés.

 En este fresco vemos el auto de fe y a un hereje conducido al quemadero (ese que hoy, más de un corrupto debería de ir). Siendo identificado con Diego López Duro, mercader de Osuna (Sevilla), de origen portugués, que fue quemado vivo por delitos de judaísmo el año antes citado.


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