Una de las tantas leyendas de la Virgen del Pilar.


Según la leyenda, esa que muchos en ella no creen pero hay que reconocer que engrandecen aún más nuestra historia, la Virgen del Pilar fue la primera aparición reconocida de la Virgen, y tuvo lugar en tierras de nuestra patria, España, en el año 40 de nuestra era al apóstol Santiago a orillas del río Ebro cuando todavía estaba viva la Virgen.

Según la monja Soriana María de Jesús de Ágreda en su libro revelado Mística Ciudad de Dios (1670), da algunos detalles del siglo I sobre la Virgen del Pilar. Enigma o leyenda que cuenta así:

Estando un día la Santísima Virgen orando por Santiago, se le presentó su Divino Hijo en persona y le dijo: <<Quiero, madre mía, que vaya a Zaragoza, donde está ahora Santiago, y le ordenes que vuelva a Jerusalén, y, antes que parta de aquella ciudad, edifique en ella un templo, en honra y título de vuestro nombre, donde seáis venerada e invocada para beneficio de aquel reino, y beneplácito vuestro y de nuestra beatísima Trinidad. Madre mía, en quien complace mi voluntad: yo os doy mi Real Palabra de que miraré con especial clemencia y llenaré de bendiciones de dulzura a los que con humildad y devoción vuestra me invocaren y llamaren en aquel Templo, por medio de vuestra intercesión.

Aunque la jornada se pudo hacer en brevísimo tiempo, ordenó el Señor que fuese de manera que la Purísima Madre, en manos de serafines y acompañada de ángeles, formando coros de dulcísima armonía, viniesen cantando a su reino loores de júbilo y alegría, mientras unos ángeles traían una columna y otros portaban con gran veneración una imagen de la Reina del Cielo.

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