El Cimborrio de la Catedral. El 10 de Octubre de 1506.


Fue el 10 de Octubre de 1506, cuando se terminó las obras de la Catedral, maravillosa e insuperable mole gigante, la cual comenzó su construcción un siglo antes.

El 10 de Octubre del mismo año fue colocada la última piedra del Cimborrio, que coronaba el cerramiento de la bóveda del crucero del templo catedralicio. Subió a las alturas para darle solemnidad el deán con el Cabildo, y el Duque de Medina Sidonia, don Fadrique Enríquez para contemplar la coronación del momento ( no confundir con la Coronación de cualquier Dolorosa), quedándose el Arzobispo Fray Diego de Deza situado en la Capilla de la Antigua por ser mayor para subir a presidir el acto.

Paso poco tiempo para que el Cimborrio se derrumbase. Pues solo cinco años después, el  28 de Diciembre de 1511, día de los Santos Inocentes, el Cimborrio se derrumbó por sostener demasiado peso las columnas del crucero. El hundimiento del mismo fue a media noche, lo que evito más de una desgracia.

Por el incidente sucedido el Arzobispo Fray Diego de Deza concedió gracias e indulgencias a cuantos ayudasen a limpiar la Capilla y Coros, consiguiendo para la obra 10.000 ducados de Fernando el Católico y que a su costa donó cien mil doblas de oro para dorar el altar mayor y realizar las rejas de la Capilla mayor y coro.

La construcción del nuevo Cimborrio con el temor a un nuevo derrumbamiento, hizo pensar en cubrir el crucero con techumbre de madera, de lacería mudéjar como en otros templos de Sevilla. Pero al final se decidieron por un diseño de Juan Gil de Hontañón, arquitecto castellano que vino a examinar el edificio e ideó un crucero de piedra, ya de menos altura y sin Cimborrio, quedando terminado el 4 de Noviembre de 1517, con una procesión ( pero sin Coronación) a la Capilla de la Antigua en acción de gracias por la terminación de la obra de la Catedral.

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