No me extraña nada el silencio maestrante cuando pasa el Señor de Sevilla, nada porque ¿como se puede hablar ante Dios vivo y entre nosotros si es Dios? No salen las palabras, para nada, y al que le salga es que todavía no lo conoce o no se ha dado cuenta que ese silencio a su alrededor no lo impone nadie, sólo el sevillano que bien sabe, que el que pasa no es otro que Dios, El Señor de Sevilla, El Gran Poder y El que vive San Lorenzo, ¿como van a salir las palabras?.
Foto de Jose Campaña.
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