Voy siempre.


Voy siempre de frente como aquel bohemio que fue golpeado por la sociedad y no la vida.

Voy siempre a mi aire pero sin entrar en vida ajena, y mucho menos intentar que me comprendan porque ni yo mismo muchas veces me comprendo.

 Voy por el camino que la vida me puso y en el voy conociendo de todo, como si fuese un mercadillo pero en este caso, de seres humanos, o malvados mejor dicho, esos que a mi me dan miedo y no los muertos que duermen su sueño eterno en Campos Santos y que ya a nadie molestan.

 Voy a mi aire sumergido muchas veces en esos templos de la cultura que son las librerías de viejo y esas bibliotecas vacía, que sólo entran en ellas los que trabajan y porque no tienen más cojones.

 Voy, si, voy siempre como aquel bohemio que fue golpeado por la sociedad y no la vida, que a pesar de los palos que para mi ya no son nada, me sigo levantando y pisando fuerte, muy fuerte en un mundo donde las ratas son las de dos patas, que si pudieran me comían. Pero no, para nada porque al bohemio es difícil de hundir, al no ser que por el pase un tanque. Buenas noches a todos y hagan el amor, que no es ningún pecado ni mucho menos como una gran mayoría nos han hecho ver y siguen con lo mismo, ni caso, hagan el amor.

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