El tonto del caramelo.


El tonto del caramelo.

El tonto del caramelo no es otro que el imbécil que hoy va a la Cabalgata y dice: hay que coger caramelos que trae buena suerte. Pero sin mirar al quien tiene a su lado, que puede ser en este caso algún que otro niño, por eso es el día de ellos y no el del tonto del caramelo, que por coger una bolsita es capaz y capataz de lesionar a algún crío y a cualquier persona mayor. Pero no le importa, porque el tonto en ese momento sólo ve caramelos y buena suerte, una buena suerte que sería más fácil para el como los ciudadanos que en ese momento estén al lado del tonto, que comprara en alguna confitería o kiosco una bolsa de caramelo y no ingresara a nadie en el Hospital por unos cuantos caramelos de propaganda y muy pero que muy duros.

Como el tonto es tonto y encima imbécil, cuando pasa la Cabalgata y ya con su bolsa llena de caramelo se dirige a su casa y no al Portal, empieza a repartir a diestro y siniestro que se encuentra un caramelo duro diciéndole que trae buena suerte. El niño del tonto que cada vez ve más al padre pararse con conocidos y ofrecerle un caramelo ya no aguanta y empieza a darle patadas en el tobillo. 

Pero como el tonto es tonto y no se entera, le tiene que decir el niño que no de más caramelos porque no llegan a casa con la bolsita, por esto como el niño tiene de tonto lo de un Cardenal, le pide al tonto o padre que es el mismo unos euros para comprarse algo, por ejemplo una bolsa en condiciones de caramelos, que cuando el tonto se la ve le dice; ¿una bolsa de caramelos si te he cogido una? A lo que le responde el niño; si, ya lo sé pero como los estas repartiendo después de la que has liado para cogerlo entre tantas gente que hasta has caído al suelo, es mejor opción está, porque al venir cerrados los caramelos no los abre ni reparte Soooooo...

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