El afrancesado cura Aceijas.


Fue este Aceijas cura de Santa Ana de Triana, llamándose José González Aceijas (nada que ver con un servidor aunque el apellido lleve). 

Era afrancesado Aceijas, se podría decir que incluso más que una región, por eso a finales de Marzo de 1810, escribió una carta el muy rastrero e hipócritas al Rey José Napoleón, en la que le decía muchísimas cosas buenas, típico de un hipócrita.

Un día el cura Aceijas, predicaba en su iglesia de Triana de Santa Ana, cuando de pronto empezó a hablar al favor del rey francés. Pero cuando estaba más emocionado en su hipócrita sermón, sonó una voz en el templo: ¡Embustero! ¡Eso es profanar la cátedra del Espíritu Santo! Y otra voz: ¡Es un pícaro! ¡Que lo maten! Todo un alboroto el que se montó en la Iglesia, lo que hizo que la función se acabase. 

Tanto se montó, que hasta el gobernador francés envío a más de 50 hombres a caballo para tranquilizar la riña.
Como suele pasar hoy con otros curas, este pícaro Aceijas, al no poder seguir ya en el templo trianero por peligrar su vida lo mandaron para salvarlo a Extremadura como vicario apostólico y gobernador eclesiástico de toda esa provincia al muy mamoncete. Ya se pueden imaginar la que seguiría liando allí el muy pero que muy...

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