Esta curiosa pintura de Santa María Francisca de las Cinco Llagas de 107 x 79 cms., se encuentra en el retablo de San Antonio de Padua en el Convento de Capuchinos de Sevilla, obra de finales del siglo XVIII.
La pintura presenta a la Santa María Francisca ante la Divina Pastora. Dicha Virgen está con el Niño Jesús sobre la rodilla, descendiendo un rayo de luz sobre la Madre de Dios y una paloma del Espíritu Santo, encontrándose Santa María Francisca arrodillada con su mano derecha en el pecho.
Fue Santa María Francisca de las Cinco Llagas una gran impulsora de la devoción hacia la Divina Pastora en Italia. Pues en 1742 sintió la Santa que la Pastora le decía que era muy agradable ser venerada y suplicada en aquel amoroso título, por lo que la Santa se hizo con un cuadrito que le acompañó siempre, contándose, que con el cuadro visitaba a los enfermos y curó a muchísimos, cosa que ni los médicos ni la medicina podían pero si la Virgen María en la advocación de la Divina Pastora.
El cuadrito milagroso que a la Santa acompañó siempre, se encuentra hoy en Nápoles.
Foto Leyendas de Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario