Esta maravillosa, portentosa y sublime obra de arte no está en el extranjero, se encuentra en el maravilloso Museo de Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca de España y no muy visitado por los propios andaluces.
La obra es del genial pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, la que realizó hacia 1668 y representa la Adoración de los Pastores. Obra que estuvo en el convento de Capuchinos hasta su desamortización.
Destaca del soberbio cuadro la luminosidad de la Virgen y el Niño con la triste luz del resto de las figuras. Un cuadro donde vemos a querubines, un niño con un gallo, un cordero que lleva un pastor y esos colores que sólo Murillo supo imprimir en sus cuadros como nadie.
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