De las Inmaculadas que pintó el maestro Francisco Pacheco, es esta una de las más importantes por su calidad y dibujo, lo que hacen de la pintura toda una obra maestra digna de estar en cualquier Museo. La realizó en 1624, a los 60 años de edad en plena madurez, cuadro que mide 3,05 x 1,95 cm. siendo una de las mejores obras sin duda en este tema que realizó Pacheco y la que muchos historiadores o que van de estos ni conocen.
Tiene esta pintura la originalidad de ser diferente al resto de Inmaculadas. Pues en ella vemos a la Santísima Trinidad mirando hacia la Virgen, Ángeles rodeándola, símbolos de las Letanías Lauretanas y en la parte baja de la obra un magnífico paisaje de la ciudad de Sevilla. Un cuadro con una gran luminosidad y de un exquisito dibujo, el que si todavía no lo conoce, no dude en pasarse por la señorial Iglesia del barrio de San Lorenzo.
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