Padres gilipollas e ignorantes.


En esta sociedad insípida, ignorante y muy analfabeta, cada vez son mas los padres gilipollas e ignorantes que caen en las manos de cuatro maestros imbéciles. Sí, me refiero a esos que nada bueno ven ni sacan algo a un niño aplicado, para que lo entiendan,  responsable, aplicado y buen estudiante.

Se preguntaran más de uno que es lo que nada bueno ven en cualquier niño responsable, aplicado y estudiante. Pues muchas cosas, porque el ser maestro nada tiene que ver ni nunca lo tuvo con ser imbécil. Bueno imbécil e ignorante, porque no es normal que llamen a unos padres para decirles que su hijo va bien, pero que se aparta de los niños y escoge muy selectamente a algún amigo en el recreo, o que muchas veces se pone solo a leer o a repasar alguna tarea.

Vamos a ver señores maestros, no todos entráis, pero a los que se alarmáis por esa conducta en un niño es para daros una entrada GRATIS de algún zoológico y cerraros la puerta una semana mínimo. No se llama a unos padres porque su hijo se aparte de un grupo que a lo mejor puede ser más peligroso que cinco caimanes, ni porque se ponga a leer en vez de estar pegando balonazos a las paredes o macetas del colegio practicando el Deporte Nacional, ni porque el niño sea reservado. No se llama a unos padres para estas estupideces que pueden estropear al inteligente y responsable niño. Se llama a unos padres cuando el niño no hace ni el huevo en clase, pega o maltrata sicológicamente a otros niños, contesta al maestro y hace una y hasta mil gamberradas, las que muchas veces pasan por alto por no buscarse problemas. Por estas son las cosas  que sí deberíais de llamar a unos padres, queridísimos maestros.

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