Foto de retabloceramico. Azulejo en el interior del Convento de Santa Isabel de Sevilla, obra realizada por Juan Sánchez Cueto de Cerámica Santa Ana.
Nació Dolores Márquez Romero de Onoro, conocida como La Venerable Dolores Márquez en Sevilla el 23 de Diciembre de 1817, y falleció el 31 de Julio de 1904. Fue La fundadora de la Cogregación de las Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa, a la que bautizaron pocos días después de su nacimiento en la misma pila bautismal de Diego de Silva y Velázquez, en la Iglesia de San Pedro.
Al padre de Dolores Márquez, Alonso Márquez Lechuga, juez liberal y constitucionalista lo desterraron a Portugal en una de las múltiples guerras entre carlistas e isabelinos, el que a su vuelta de Portugal fue seguido por un policía hasta que viéndose que no entraba en asociaciones políticas, lo pusieron como secretario del Ayuntamiento de la Puebla de los Infantes. Quedo huérfana de su madre Catalina Romero de Onoro nuestra venerable a la edad de diez años, natural de Constantina (Sevilla), la que al igual que su marido procedía de una familia de terratenientes.
Al fallecer el padre y no estar bien los recursos familiares, se entregó Dolores Márquez a los más necesitados y se marcharon las cuatro hijas a Constantina, donde residía la familia materna que se hizo cargo de todas. La hermana menor falleció, y las otras dos se casaron, por lo que Dolores Márquez permaneció al lado de sus tíos cuidándolos hasta el final de sus días practicando la claridad y la paciencia, las que muchos no practican sólo de boquilla. Participó en la Escuela de Nuestra Señora de los Dolores de Constantina, en la que estuvo activa hasta un año después del fallecimiento del último de sus tíos, cuando a sus cuarenta y seis años recibió la llamada de Dios y se fue a vivir a Sevilla, donde pidió entrar en el Convento de Carmelitas Descalzas. Pero su amiga de la infancia, Josefa Blanco, catequista de una Congregación de seglares fundada por el presbítero Francisco García Tejero, joven sacerdote para extender el catecismo a todas las parroquias y Corrales de Sevilla, se lo presentó y le animó a confesar con él. Invitándole el padre Tejero a acercarse a la casa que acogía a jóvenes que deseaban abandonar la prostitución y ser reformadas, que él había fundado el 22 de Julio de 1859, por lo que Dolores Márquez cambió el silencio del convento por la Casa de Arrepentidas.
Fundó la Venerable congregación junto con el padre Tejero, lo que dio origen a la Congregación de Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa. Esta Congregación la dirigió desde sus orígenes, consiguiendo en 1871 de la Reina Isabel II la aprobación Civil de la Congregación y una casa, en la que no llegaron a residir.
La Revolución Gloriosa, de Septiembre de 1868 le sorprendió en Madrid, la que expulsó a los sacerdotes del Oratorio de San Felipe Neri de Sevilla, congregación a la que pertenecía el padre Tejero y en Mayo de 1869, cedió a la Casa de Arrepentidas y a la Congregación del Convento de Santa Isabel donde acogieron a las jóvenes, fundando el primer colegio gratuito de Sevilla y abriendo una casa de ejercicios espirituales.
Pero no nos creamos que Dolores Márquez no paso vicisitudes, las paso y grande por las opiniones en cuanto a la manera de dirigir la Congregación, lo que ocasionó que en 1869, la madre Salud Rubio fuera elegida superiora de la Congregación. Fue entonces cuando las religiosas la enviaron a Málaga, hasta que Obispo de Sevilla, en 1890 ordena que la trajeran a la Casa Madre de la Congregación, y que cuando llegó ninguna de la religiosas fueron a la estación a esperarla, siendo muy pocas las que acudieron a Dolores Márquez en esos difíciles momentos, cosas que hoy nos pasa a más de uno que cuando nos viene un problema pocos son los que acuden a preguntarnos si algo necesitados. Y fue el beato Marcelo Spínola quien esperando un tiempo la autorización para verla, descubrió por si solo las lamentables condiciones en las que se encontraba, la que tras una larga enfermedad murió con ochenta y siete años de edad, y por desgracia olvidada por las hermanas, que quemaron documentos comprometedores y no permitían que se hablara de ella, un estilo a los políticos y muchos golfos sindicalistas de hoy. Una mujer, a la que Benedicto XVI firmó por su heroicidad el decreto por que se la reconoce como Venerable. Recibió el Instituto de Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa la aprobación definitiva el 31-de Julio de 1897, y el 15 de Agosto de 1909 la aprobación de las Constitucciones.
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