El Convento de Santa Inés.


Convento fundado por doña María Fernández coronel en 1374, bajo las reglas de las Clarisas, por la licencia otorgada del arzobispo de Sevilla Fernando de Albornoz y una bula concedida por el Papa Gregorio IX, en el año de 1365. Haciéndose esta fundación en tiempos del rey Enrique de Trastámara, hermanastro y asesino del rey Pedro I el Justiciero, que cuando accedió al trono le devolvió a doña María el patrimonio que le había incautado Pedro I.

Posee el convento bastantes obras de artes como su retablo mayor, obra de Fernando de Medinilla, un San Blas del cordobés Juan de Mesa y una imagen de la titular del convento, Santa Inés, obra realizada por Francisco de Ocampo. Está enterrada en dicho convento su fundadora y priora doña María Fernández coronel, que murió en 1411, a la edad de 73 años, edad muy avanzada para aquella época. El cuerpo estuvo enterrado hasta 1679 en su sepulcro junto a su marido Juan De la Cerda y una hija pequeña, hasta que las monjas decidieron trasladarlo a otro sitio descubriendo para asombro de todas que el mismo cuerpo estaba incorrupto, quedando solo las cenizas de su marido e hija. 

Cuenta una leyenda, que en un arca existente en la iglesia del convento se guarda la cabeza de una de las once mil vírgenes de Colonia. Dice la misma leyenda, que si se rezan once mil padrenuestros, las vírgenes avisan del día de la muerte tocando suavemente una campanilla. Que ustedes lo crean o no nada importa, lo que sí importa es que dicen que más de una monja que profesó en el convento dio testimonio de que la misma se cumplió varias veces. Como casi siempre, no hay conventos de clausura donde no habite el misterio.


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