El Postigo del Aceite.


Este  Postigo junto con el Arco de la Macarena son los únicos vestigios del pasado que se conserva en Sevilla como puertas, el que fue mandado construir por el califa almohade Yusuf Alxahib, sustituyendo a otro que existió en el mismo lugar y que se destruyó por los destrozos provocado por la riada del río Guadalquivir en 1168.

 La función del Postigo era la de dar entrada a la mercancía que provenían de la rica comarca del Aljarafe sevillano, siendo el alcalde de Sevilla don Francisco Zapata, Conde de Baraja, quien en 1884, le dio este estilo protobarroco, rematado por un lienzo de San Fernando acompañado de San Isidoro y San Leandro. Un rincón lleno de embrujo como su barrio del Arenal.


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