Es curioso lo que se habla hoy del dichoso Celibato cuando en los primeros siglos de la cristiandad casi nada se sabía de este hasta el Concilio de Elvira, celebrado en la provincia de Granada a comienzos del siglo IV, sin olvidar que hasta San Pedro al que se considera primer Papa como los apóstoles y casi todos los presbíteros estaban casados, determinándose en este Concilio, que se abstengan de sus mujeres y no engendren hijos; y quien lo hiciese sea apartado del honor de la clerecía, determinación que muchos se la pasaron por los huevos.
Ya en el Concilio de Nicea (325) es cuando parece avanzar un poco más el tema del Celibato, prohibiéndose el matrimonio para aquellos como obispos, presbíteros y diáconos, que no podían casarse después de ser ordenados. Prohibición que al parecer igual que en el Concilio de Elvira muchísimos también se la pasaron por los huevos.
Yo particularmente creo que aunque se apruebe el Celibato siempre habrá hijos de putas manteniendo a fulanas y gozando de vicios prohibidos, no hay que olvidar, que son seres como nosotros y en algunas ocasiones hasta verdaderos monstruos.
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