Magnifica iglesia en la que se encuentra en una de las plazas más bellas de Sevilla, Iglesia que fue originariamente de estilo mudéjar, alcanzando su plenitud en el siglo XIV. Ya en el XVII, tuvo una gran transformación y ampliación que modificó su estructura primitiva muy original, haciéndose unas nuevas en los siglos XVIII y XIX, que terminaron de darle su estado actual.
Tuvo en su anexo la Iglesia de San Lorenzo un hospital y ermitas llamada de Santa Bárbara, en la que se encontraba un hostal que servía a los peregrinos y había pintada una imagen del tiempo de los godos, que según dice la tradición se llamada Nuestra Señora de Rocamador. Al ser destruida la ermita y hospital la parte de la pared donde se encontraba pintada la Virgen se trasladó a la iglesia de San Lorenzo, contando muchos historiadores que el nombre a la Virgen le vino por un devoto llamado Roque Amador, quien propagó culto a la Virgen en Sevilla, culto que ya estaba extendido por Castilla y Aragón.
Bella Torre del siglo XV con campanario barroco del siglo XVII tiene el templo de San Lorenzo, con una portada gótica cegada. Destacando en su interior el retablo mayor que realizó Juan Martínez Montañés, el cual no pudo terminar por sorprenderle la muerte y terminaron los hermanos Dionisio.
La Iglesia atesora piezas de gran calidad como un cuadro de la Virgen con San Juanito de Pedro Villegas, la capilla mayor realizada por el escultor Diego López Bueno, dos bandejas de plata fechada en 1655, un cáliz gótico del siglo XVI, copón de plata con relieves alusivos a San Lorenzo y la custodia del primer cuarto del siglo XVIII, siendo el único templo de Sevilla cuyas tres bóvedas mayores con filigranas están documentadas. Una Iglesia para no dejar de visitarla.
La Iglesia atesora piezas de gran calidad como un cuadro de la Virgen con San Juanito de Pedro Villegas, la capilla mayor realizada por el escultor Diego López Bueno, dos bandejas de plata fechada en 1655, un cáliz gótico del siglo XVI, copón de plata con relieves alusivos a San Lorenzo y la custodia del primer cuarto del siglo XVIII, siendo el único templo de Sevilla cuyas tres bóvedas mayores con filigranas están documentadas. Una Iglesia para no dejar de visitarla.
Torre y portada cegada.
Virgen de Rocamador.
Retablo mayor.
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