El Convento de Santa María de Jesús de Sevilla y algunas curiosidades.

Fue fundado este convento en 1502, por los Condes de Gelves, don Jorge Alberto de Portugal y su esposa doña Felipa de Melo, que trajeron de Santa Isabel de Los Ángeles de Córdoba a doña María de Villaseca, mujer de gran fe y profunda religiosidad.

 Cuentan algunos historiadores, que Jorge de Portugal no fue marido de doña Felipa de Melo, sino su hijo, siendo su padre, que no era Conde de Gelves al que se le debe la fundación del mismo, llevándose la construcción del convento en la collación de San Esteban en unas casas que compraron a la  Condesa de Haro. Este convento padeció un gran incendio en 1765, el cual obligó a las monjas a trasladarse al vecino convento de San Leandro y posteriormente al de Santa Inés, donde estuvieron instalada hasta el año 1766.

Posee grandes obras de arte como su retablo mayor, obra ejecutada en 1690 por el ensamblador cordobés Cristóbal de Guadix,  con esculturas realizadas por el gran Pedro Roldán a excepción de la que preside el conjunto. destacando también los retablos de San Antonio de Padua y de la Inmaculada, ambos del siglo XVII y atribuyéndose las imágenes a la Roldana, hija de Pedro Roldán.

Tiene el convento entre sus joyas de orfebrería un cáliz de plata sobredorada con ángeles y símbolos de la Pasión; una cruz relicaria del Lignum Crucis con piedras preciosas del siglo XVII y un ostiario  de estilo neoclásico del XVII.

Como curiosidad cocomenr, que  existen en el convento las llamadas Vírgen del Sol y Virgen de la Lluvia, a las cuales se reza para que salga el sol o llueva. También cuenta la leyenda que en el siglo XVII, se ordenó por la Santa Inquisición que se entregaran todas las monedas, pendientes y alhajas que existieran en el convent. Pero las monjas no haciendo caso metieron todas en una caja y arrojaron a un pozo que existía, el cual su agua no se podía beber por su gran descomposición, y al poco tiempo de haberse  arrojado dicha caja con las alhajas salió el agua tan limpia como los rayos del sol, tomándose este hecho como un milagro.