La Cofradía que entraba en el Palacio Arzobispal.


Fue por el año de 1879, cuando la señera Cofradía de las Penas de San Vicente al salir del templo catedralicio, entraba hacia el interior del Palacio Arzobispal, al que accedía por su puerta principal, una vez desaparecido el Corral de los Olmos para dirigirse a la calle Placentines a través de otra puerta y seguir su Estación de Penitencia.

 Esto se debía a que el Cardenal D.Joaquín Lluch y Garriga había tomado en 1830, a la temprana edad de 14 años el hábito en el convento del Carmen Calzado de la Ciudad Condal, y que desde que llegó a Sevilla en 1877, mostraba una gran veneración por el Señor de las Penas. Contando sus cronista, que por su avanzada edad y enfermo aconsejaba realizar este recorrido a la Hermandad que el sentía como un hermano más. Guste o no guste, eran otros tiempos, hoy se armaría la de San Quintín.


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