El retablo mayor de la Esperanza Macarena.


Fue bendecido el maravilloso retablo de la Basílica de la Esperanza Macarena en 1950 por el Cardenal Segura, construido y dorado en los talleres de Pérez Calvo bajo su dirección, y con las importantes intervenciones de Rafael Fernández del Toro en las labores de talla, Luis Ortega Bru en las esculturas, Antonio Sánchez en la terminación del dorado y López Morello en el exorno del camerín de la Macarena.

Mide el retablo de la Basílica unos doce metros de alto por unos siete de ancho, de estilo barroco e inspirado en algunos del siglo XVIII. El cuerpo consta de banco, un cuerpo dividido en tres calles y un segundo de menor altura. En su banco se encuentra solo tableros de talla y dos ángeles, que sostienen como si fueran atlantes la parte inferior de la embocadura del bellísimo camerín, siendo el primer cuerpo el de mayor amplitud, dos calles laterales con columnas corintias y en los intermedios dos ángeles de tamaño académico, que portan luces como los lampareros, pero de pie, encontrándose en el centro la gran hornacina que da paso al fabuloso camerín donde se encuentra la Reina de Sevilla, la Esperanza Macarena, realizado por Fernando Marmolejo la embocadura de este medio punto cubierta de plata. 

El segundo cuerpo del retablo ya es de menor altura, y tiene en el centro un relieve de Ortega Bru  y Fernández del Toro, que representa a la Asunción de la Virgen entre cuatro ángeles inspirado en los de Juan de Mesa de la Parroquia de la Magdalena, con dos ángeles más, desnudo y de pie, que sostienen leyendas alusivas a María, y en el remate otro relieve con las figuras de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Toda una verdadera joya para guardar a la mejor de las joyas, la Esperanza Macarena.

Foto de Rafaes.

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