La Madrugá.


La Madrugá, ¿que sería de Sevilla sin ella en su Semana Santa? Hablando claro y sin tapujos como el Desaconsejado Consejo, NADA, NADA DE NADA. 

Dejen ya de marear a la Madrugá y no a la perdiz entre unos y otros y arreglen de una vez por todas las cosas en condiciones, de frente, como andan los buenos misterios, y sobre todo tomen decisiones sin querer quedar bien con el vecino, porque cuando se está en un cargo, ya sea el Muy Perdido y Desaconsejado Consejo como otro cualquiera hay que saber tomar decisiones, y sino a casita, a dormir las no se cuantas copitas con tapitas que más de uno se toman a costa de Dios y luego te dicen que esto tiene mucha responsabilidad jajajaja pues váyanse a la playa y se peguen un buen baño, haber si así se les baja tanta, tanta responsabilidad señores. 

Voy a recordar unas sabias palabras de un gran libro y que va con esto expuesto que dice su autor algo así; personajes que se sirven de sus puestos en hermandades para así muchas veces subir más en su profesión, señores que se sirven de las Hermandades en vez de servir a las Hermandades y así podríamos estar hasta mañana o hasta cuando ustedes quieran. Pero como yo no quiero y no soy como algunos que hablan por detrás, aquí se termina este humilde cuento que daño a nadie hace, sin embargo otros hacen tela, tela y de la GORDA.

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