El milagro de Santa Ana al rey Sabio.


La fundación de la iglesia de Santa Ana se remonta a los tiempos de Alfonso X el Sabio en 1280, quien se encontraba disponiendo sus tropas para empezar la campaña contra los moros de Granada. Pero cuando se iba a marchar se sintió el rey un gran dolor en el ojo derecho, que a pesar de los medicamentos que le aplicaban por día empeoraba. 

Por el gran dolor se encomendó a todos los santos el rey, y particularmente a Santa Ana, por la que tuvo gran devoción y prometió de que si se curaba le levantaría en su honor un templo, contando la tradición que la santa oyó la súplica del Rey y al poco tiempo el ojo empezó a mejorar, quedando tan bien como el otro.

Debido al milagro que le sucedió a Alfonso X el Sabio, hombre que cumplía sus promesas, cuando se vió  bien manifestó su deseo de erigir la Iglesia a la Madre de la Virgen. En aquella época, Triana no tenía más templo que la capilla dedicada a San Jorge,  por lo que los trianeros pidieron al rey que construyera una Iglesia por la falta que hacía, y Alfonso X, que estaba sin saber donde levantar el edificio prometido a la Santa, dio a los trianeros el (si) y cumplió su promesa, empezando las obras del templo dedicado a Santa Ana a finales de 1280.


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