La Virgen a la que se le habla con el alma cuando el cuerpo queda totalmente en éxtasis y ni siquiera nos damos cuenta.
La Macarena, la que el mismísimo Dios puso en Sevilla y al tiempo se dio cuenta que perdió su mejor joya, la moza de San Gil. Esperanza de un Barrio que lleva su nombre por bandera y no entiende de política ni de otras cosas que no sea, La Esperanza Macarena.
Reina de reinas, Virgen de vírgenes, Esperanza de esperanzas y Macarena. Pero sevillana y de San Gil.
Foto de F. Villapol.
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